domingo, 19 de agosto de 2012

Texturas

Tan importante es incorporar una gama equilibrada de texturas en un espacio, como la elección del color.

Es más efectivo tratar simultáneamente las texturas de los revestimientos junto con el color y la iluminación del espacio, que hacerlo de forma aislada, puesto que son diferentes los efectos de las sombras y los reflejos de las diversas texturas, causadas por la configuración de la superficie de los distintos materiales (tela, metal, piedra, madera, vidrio o yeso).

Las texturas pueden ser de dos tipos:
  • Visuales: madera o piedra, cuya textura está definida sobre todo por la veta del material.
  • Táctiles: telas, papel, vidrio, moquetas, metal, cerámica, destacan más cuando se colocan junto a otra de características contrastadas respecto a ella.

Algunas estrategias que se deben considerar cuando se trabaja en la elección de los acabados son: una textura áspera junto a una suave, un material opaco junto a uno traslúcido, o una superficie mate junto a otra brillante.


Texturas de metal
      
Texturas de madera


Texturas de vidrio

Texturas de tela

   
Las paletas de color genéricas que afectan de forma distinta al efecto de una textura son, la blanca, la neutra y la oscura.

  • Paletas de color blanco: las sombras creadas por las diferentes texturas de los materiales son más pronunciadas, por ello, la textura se erige en estas combinaciones de color como el elemento principal de la propuesta. Los resultados de las combinaciones de blancos son mejores en espacios muy iluminados con luz natural.
  • Paletas de colores neutros: cubren un amplio espectro, desde los tonos crema hasta los grises fríos. Son las menos arriesgadas, tienen menos asociaciones con una época determinada y  es difícil que pasen de moda. Pueden incorporar fácilmente muchos materiales naturales. Los colores llamativos deben limitarse a zonas muy concretas para no romper el equilibrio general.
  • Paletas de colores oscuros: suelen requerir mayor contraste entre texturas de materiales que las claras porque las sombras propias de los materiales impiden que se aprecien las rugosidades de la superficie. Para ello se usan más acabados reflectantes que rugosos. Las paredes deben ser de color más claro en contraste con el conjunto, para que el espacio no resulte opresivo.

Es importante el tema de las texturas en nuestros proyectos, pues las percibimos por la vista y el tacto, obteniendo así una valiosa información de la apariencia externa del espacio en el que habitamos.
     

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