martes, 6 de noviembre de 2012

El espacio del bebé

Que los niños crecen es evidente, y con ellos sus necesidades. En cuestión de espacio y mobiliario, cuando se proyecta una habitación de este tipo, debe pensarse con vistas a su renovación en períodos de tiempo no muy largos, pues el niño evoluciona con rapidez. Muy prácticos son los muebles que tienen la ventaja añadida de "reconvertirse" a medida que el niño crece.


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Hasta los 6 meses, el bebé pasará la mayor parte del tiempo en la cuna. A partir de entonces, aproximadamente, es cuando comienza a gatear y al año hace sus primeros pasos, aquí es donde necesita un espacio seguro para poder explorar, fundamental para su desarrollo, por lo que todas las precauciones son pocas.

Su seguridad es el factor más importante, y como el niño es curioso por naturaleza, necesitará tocarlo todo y llevárselo a la boca, tendrás que tomar nota de los siguientes consejos:
  • Instala una barrera física que se pueda retirar, como una barandilla o cerca, para que espacio de actividades quede delimitado.
  • Los enchufes deben colocarse a una altura inaccesible para él, y si no, usar protectores.
  • Las cortinas no llegarán al suelo.
  • Las ventanas bajas o puertas contarán con un mecanismo de bloqueo.
  • Los radiadores y sus conducciones deben ir protegidos para evitar quemaduras.
  • Se evitarán las aristas y cantos de muebles y paredes, sino se cubrirán con cantoneras.
  • Instalar una alfombra mullida que amortigüe los golpes, sin flecos, y si contiene dibujos que sirven de juguetes, mejor.
  • Las puertas y cajones tendrán dispositivos para impedir que se atrape los dedos.
  • El cajón contenedor de juguetes no se pondrá en accesos a lugares peligrosos, como las ventanas, pues se subirá en él.

Los elementos más necesarios son: la cuna o el moisés, el parque o corralito, la bañera, la cómoda-cambiador, el almacenamiento y un siento para el cuidador. Su disposición debe dejar el mayor espacio posible para que el pequeño pueda gatear, andar y jugar y, si es posible, con iluminación natural.













Existirá una iluminación artificial general, pero también algún punto de luz muy tenue para la vigilancia del niño sin despertarle.

Los revestimientos de suelos y paredes deben ser muy fáciles de limpiar, los laminados son una buena solución para el suelo. Son higiénicos y no desprenden astillas. Para las paredes se usará pintura plástica lavable y no tóxica, o un papel lavable. Puedes añadir un zócalo y una cenefa en tonos lisos, rayas o motivos infantiles, solos o combinados, pero siempre de colores suaves, pálidos o pasteles para crear un ambiente relajado y acogedor. Los colores intensos resultan agresivos.

A partir de los 18 meses, se puede añadir una silla y una mesa de su tamaño a modo de centro de actividades. 


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