Lo primero fue reducir la ventana a la mitad de su dimensión y sustituirla por una oscilobatiente.
He eliminado el bidé para poder reubicar el inodoro suspendido, y así no estorba al acceder al plato ducha, que será de piedra natural abujardada (antideslizante) y a ras del suelo, instalándose una tela asfáltica impermeabilizante por debajo, para prevenir humedades, y preparado con la caída necesaria para que fluya el agua a un desagüe invisible.
El lavabo de mármol crema será voladizo para dar sensación de amplitud. Le acompaña un sencillo espejo iluminado en su parte superior.
Donde estuvo el inodoro he colocado un pequeño mueble de almacenaje para toallas, productos de higiene, etc., en color zebrano, que está muy de moda.
Respecto al alicatado estoy barajando varias posibilidades, esta es una de ellas.