Decoración orgánica

De forma breve se puede decir que las formas orgánicas crean impresión de volumen, estética y transmiten naturaleza.

Con el mejor conocimiento de la ergonomía, la antropometría, los avances en el diseño y la creación por ordenador, este tipo de diseño emergió con más fuerza que nunca en los noventa, aunque en realidad, su primera fase se desarrolló entre 1931 y 1960, donde las curvas suaves y sinuosas se opusieron al rígido formalismo geométrico, tanto en arquitectura como en diseño.

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Para crear una atmósfera orgánica se deberá adecuar la gama tonal del lugar, basando la paleta de colores cercanos de la tierra, que no necesariamente terracotas, aunque su uso ofrece una calidez excepcional.

Los acentos tonales, o un discreto uso de los colores rojo, blanco o negro, podrían lucir muy bien en un proyecto de decoración interior. No te bases en un solo color para todo el espacio, ni en una tonalidad determinada, debes jugar un poco con discretas combinaciones para dar calidez al ambiente y variedad cromática. Nunca colores estridentes.

En cuanto a las texturas dale prioridad a las que ofrezcan un mayor volumen sobre las superficies aplicadas, con ciertos acentos de cristal pero nunca cayendo en un uso excesivo. En las fibras o textiles del mobiliario, deberán ser preferentemente naturales.

La iluminación debe ser siempre que sea posible, natural y profusa en todos los espacios, pues da vitalidad y ambiente a cada lugar. El uso de luminarias o difusores, deberán guardar coherencia con el resto del mobiliario para conseguir la armonía.